Se redujo hasta un 50% la realización de endoscopías digestivas

Se redujo hasta un 50% la realización de endoscopías digestivas

A un año de la muerte de la periodista y legisladora porteña Débora Pérez Volpin , en los consultorios aún surgen dudas o referencias a la seguridad de la endoscopía frente a la indicación del procedimiento. De acuerdo con un relevamiento de una entidad profesional ente sus asociados, la realización de este estudio para la detección y el tratamiento de enfermedades del tracto digestivo se redujo entre un 20 y 50% en los hospitales y los centros privados.

La disminución, según los resultados, fue menor en las instituciones académicas. Pero, aun así, “el efecto se sintió“, dijo Alejandro Nieponice, miembro de la Comisión Directiva de Endoscopistas Digestivos de Buenos Aires (Endiba), la asociación que relevó el efecto que tuvo la muerte de Pérez Volpin en la percepción de la seguridad de la gastroscopía (endoscopía del esófago, estómago y duodeno) y la colonoscopía (endoscopía del colon y el recto) entre los pacientes.

Lo que más me llamó la atención es que un año después los pacientes en el consultorio transmiten una inseguridad cuando surge el tema. No dejan de hacerse el estudio, pero cuando se les indica hacen alguna referencia al riesgo. Algo que quedó muy amalgamado en el imaginario social con la endoscopía digestiva“, dijo Nieponice, que es médico endoscopista y cirujano especializado en esófago.

Habitualmente, cuando se difunden noticias sobre la salud de personajes con alto conocimiento social, crecen las consultas o las dudas de los pacientes en las semanas siguientes y, de a poco, todo se normaliza. “Pero un año después vemos que los pacientes siguen haciendo referencia al tema“, cuenta el especialista, que también dirige la Unidad de Esófago de la Fundación Favaloro. Recordó que durante un congreso médico en Uruguay, en octubre pasado, sus colegas referían que los pacientes también expresaban su desconfianza en el país vecino.

Sin duda, el nivel de exposición y conocimiento que tenía Débora Pérez Volpin y la forma en que se presentaron los hechos amplificó el impacto: se asoció la realización de un estudio habitual, considerado sencillo y seguro hasta ese momento, con la muerte inesperada de una persona saludable.

Esto caló muy hondo y, como entidad científica, teníamos dos caminos: mantener nuestro rol de espectadores ante este escenario de desconfianza que aún persiste o acelerar iniciativas para llevarles tranquilidad a los pacientes“, sostuvo Nieponice. Así surgió la implementación de un programa de acreditación y evaluación de los servicios de endoscopía digestiva para centros públicos y privados.

Desde marzo próximo se podrá consultar en el sitio de Endiba (www.endiba.org.ar) el listado de las primeras instituciones que cumplan con los estándares de calidad y seguridad para la realización de endoscopías de acuerdo con la iniciativa Centros Asociados Endiba (CAE). Esas normas surgen de una revisión de guías clínicas internacionales, según se explicó desde la entidad.

“El centro que se asocia tiene que cumplir con una cantidad de requisitos edilicios, técnicos, de recursos humanos y de procesos. Cuando evaluemos un centro haremos especial hincapié en esos aspectos porque es lo que reduce errores -explicó Nieponice, que dirige el CAE-. Y cumplir con el proceso operativo estándar no es un problema económico, sino de formación profesional. Con este programa buscamos reforzar la unificación de los procesos”.

Esto se combina con más información a los pacientes con la que puedan reconocer una prestación de calidad. “Es importante concientizar a la población sobre la importancia de hacerse la endoscopía y, también, llevarle la tranquilidad de que el método es seguro y que los centros asociados cumplen con los estándares indispensables para que se haga en forma segura -dijo el especialista-. Es darles la herramienta para que puedan exigir una endoscopía digestiva de calidad con un rol más activo”.

Desde la entidad recordaron que la gastroscopía y la colonoscopía son estudios que ayudan a detectar trastornos o enfermedades a tiempo y permiten hacer tratamientos que antes requerían cirugías.

Se indican en casos que van desde el reflujo gastroesofágico hasta la celiaquía, aunque el uso más común de estos estudios es la colonoscopía para la detección temprana del cáncer colorrectal a partir de los 50 años, si no hay antecedentes familiares de la enfermedad.

En el 25% de los pacientes que se hacen una colonoscopía se detecta una enfermedad que se puede tratar, si es diagnosticada a tiempo, y evitar así su progresión al cáncer“, agregó Nieponice.

Cinco estándares de calidad

Preparación

Al solicitar turno para un estudio, el paciente recibirá la preparación previa en forma escrita.

Información

Al firmar el consentimiento informado, se le explicarán los riesgos y beneficios del procedimiento.

Control

El médico y su equipo repasarán una lista de control (check list) en voz alta con el paciente en la sala antes de empezar el procedimiento.

Informe

Se debe entregar un informe detallado con entre cuatro y seis imágenes.

Instrucciones

El paciente debe recibir instrucciones para el alta en forma escrita y un número telefónico de contacto por si surgen dudas o problemas relacionados con el estudio.

 

Fuente: La Nación

Unidad de Esófago

Jefes: Dres. Alejandro Nieponice y Adolfo Badaloni