#AlertaCorazon
Advierten sobre la importancia de controlar los factores de riesgo cardiovascular
• En el marco del Día Mundial del Corazón, que se conmemora el 29 de septiembre , la Fundación Favaloro, junto con el laboratorio Pfizer y su División Upjohn, lanzaron la campaña ‘¡Alerta! Activá el cuidado de tu corazón’, una iniciativa de concientización para la prevención de las enfermedades cardiovasculares, que promueve la importancia de la visita al cardiólogo o médico de cabecera y del control de los factores de riesgo cardiovascular.
• Determinadas licencias o excesos ‘pospandémicos’ y la coyuntura socioeconómica, en algunos casos, atentan contra un mejor control de los factores de riesgo. Según cifras oficiales, en Argentina, fallecen por año casi 100 mil personas por afecciones cardiovasculares.
En opinión del Dr. Oscar Mendiz, Director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular del Hospital Universitario Fundación Favaloro, “confiamos en que esta iniciativa ‘¡Alerta! Activá el cuidado de tu corazón’, nos ayude a que la gente tome mayor conciencia sobre el cuidado de su salud cardiovascular; lamentablemente, hoy estamos viendo pacientes con una falta alarmante de control de sus factores de riesgo y eso no sólo es patrimonio de la población adulta, ya que estamos asistiendo a un creciente avance de esta situación entre los jóvenes. De este modo, aunque antes se observaba sobrepeso e hipertensión a partir de los 50 años o más, hoy vemos esas condiciones en jóvenes de 18 años”.
“Además de la falta de controles médicos que se evidenciaron a causa de la pandemia por Covid-19 -sumó el Dr. Ramiro Sánchez, Jefe de la Unidad Metabólica e Hipertensión Arterial del Hospital Universitario Fundación Favaloro-, notamos que, lejos de normalizarse, la situación está aún peor: 3 de cada 10 pacientes llegan al consultorio con un muy mal control de sus factores de riesgo. Quiero poner especial foco en el sobrepeso y la obesidad, que se ven en la gran mayoría de los pacientes y que son precursores de otros factores, ya que producen inflamación, elevación de la presión arterial, aumento del colesterol LDL (el ‘malo’), contribuyen al sedentarismo y, en definitiva, aumentan las probabilidades de desencadenar afecciones como la insuficiencia cardiaca, enfermedad coronaria o enfermedades cardiovasculares en general. Es el factor de riesgo de mayor envergadura actualmente”.
“Desde la pandemia, vemos un crecimiento en los pacientes no controlados: La alimentación es menos saludable, porque comer sano es más caro; por otro lado, se registra un muy bajo nivel de actividad física y también una falta de adherencia a la toma de los medicamentos, entre otras situaciones. Estamos hablando de un 30% más de pacientes que no controla sus factores de riesgo, lo cual determinará un retroceso en la prevención y consecuencias en la salud observables en los próximos años, porque los factores de riesgo no son elementos que provocan enfermedad inmediata, sino que van generando condiciones para el desarrollo de la patología. Eso sí, cuando se manifiestan, sus consecuencias pueden llegar a ser muy severas”, advirtió el Dr. Sánchez.
“Vemos chicos con sobrepeso y/o hipertensión arterial que no implementan medidas de prevención, que tienen antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular y, además, muchos presentan consumos problemáticos, un elemento que atenta contra cualquier medida de protección. Advertimos que el 30% de los jóvenes que tienen hipertensión tiene sobrepeso y que el 80% de los que tienen sobrepeso tiene hipertensión arterial. Tenemos que apuntar a los adultos, pero también a los niños, jóvenes y adolescentes, porque ahí se puede modificar la situación”, aseguró el Dr. Sánchez.
Una dieta saludable incluye la ingesta variada de alimentos, una ingesta de sal de no más de 5 gramos diarios, un consumo de grasas que no supere el 30% cada día y una ingesta total de energía diaria provenientes de azúcares libres menor al 10%. También es importante la realización de por lo menos unos 150 minutos de actividad física moderada semanal, adecuados a las posibilidades de cada persona. Por otra parte, es fundamental no fumar y evitar el consumo excesivo de alcohol.
“Considero que pagamos el precio de la postpandemia, donde la gente elige darse algunos gustos que antes no podía, y de la coyuntura socioeconómica, que hace más difícil instalar conductas saludables y promover la adherencia a los tratamientos. El sobrepeso no es necesariamente una manifestación de riqueza. Afecta a todos los estratos sociales, pero se acentúa en las personas con menos recursos económicos, porque hacer una dieta sana es más costoso”, subrayó el Dr. Mendiz.
“Las dificultades más importantes están dadas por el exceso de horas de quienes trabajan, con lo cual además del sedentarismo, no tienen tiempo o la posibilidad de realizar un almuerzo adecuado. Por otra parte, los alimentos saludables son costosos. El otro punto es la actividad física: cuando se le recomienda a la persona hacer ejercicio, hay que preguntarle dónde vive, en qué condiciones y tratar de adaptarse a esa situación: si no puede salir a caminar, que lo haga aunque sea los fines de semana, unas 10 o 20 cuadras cerca de su casa y, por supuesto, que procure elegir los alimentos más saludables”, explicó el Dr. Sánchez.
“Si no educamos ahora a los chicos, cuando lleguen a estar enfermos los podremos ayudar, pero hubiera sido ideal que no llegaran a esa instancia. A los adultos, en tanto, les diría que nunca es tarde para empezar a cuidarse y controlar los factores de riesgo, siempre podemos mejorar. Hay que prevenir la enfermedad cardiovascular y, si ya está instalada, no da lo mismo cuidarse que no hacerlo”, concluyó el Dr. Oscar Mendiz.