Aumentan los casos de insuficiencia cardíaca durante la pandemia

Aumentan los casos de insuficiencia cardíaca durante la pandemia

Especialistas advierten que, por la falta de controles adecuados e interrupción de los tratamientos, los pacientes llegan a la consulta cuando la enfermedad está ya muy avanzada.

Coeur, cuore, corazón; músculo incansable y virtuoso percusionista que galopa incansable sin pedirnos nada a cambio y al que envolvemos de sentimientos y emociones. Bien vale la pena dedicarle unas líneas a nuestro compañero de viaje y darle la atención que merece dado que de su correcto funcionamiento depende nada menos que nuestra vida.

Enfermedad cardiovascular e insuficiencia cardíaca

Las enfermedades cardiovasculares (enfermedades coronaria, cerebrovascular e insuficiencia cardíaca) son la principal causa de muerte en todo el mundoEn Argentina se estima que más de 800.000 personas las padecen.

La insuficiencia cardíaca (IC) es un síndrome en el cual el músculo cardíaco se debilita y no es capaz de bombear la cantidad de sangre que el cuerpo necesita. Hay múltiples patologías que pueden evolucionar y derivar en IC.

“Una de cada cincuenta personas van a desarrollar en algún momento de su vida insuficiencia cardíaca”, sostiene el Dr. José Luis Barisani, director del Consejo Interamericano de Falla Cardíaca.

“Si bien es cierto que afortunadamente, la mortalidad bajó y las personas sobreviven más que antes a los infartos, la incidencia de las patologías del corazón no ha disminuido. Se trata de enfermedades realmente graves que no hay que desatender”, agrega Barisani. Las estadísticas reflejan la gravedad de la situación: 1 de cada 5 pacientes fallece en los primeros cinco años desde su detección.

“Tenemos que pensar esta condición como un conjunto de signos y síntomas en el que pueden derivar enfermedades como la enfermedad coronaria, así como también alteraciones en el sistema de conducción, patologías valvulares y las miocardiopatías”, aclara la Dra. María Florencia Renedo, coordinadora del Servicio de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante Cardíaco del Hospital Universitario Fundación Favaloro (M.N. 125.068).

Escuchar al cuerpo: ¿A qué síntomas estar atentos?

La forma más frecuente en la que se presenta la insuficiencia cardíaca es la insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) que está asociada a la retención hídrica, o sea la presencia de líquido que se acumula en los tejidos. Si bien puede mantenerse sin síntomas durante mucho tiempo, cuando aparecen, los más característicos son: “La falta de aire o disnea o sea el fatigarnos cuando subimos una escalera o a aceleramos el paso, puede ser un signo de insuficiencia cardíaca y a veces se lo atribuimos a una falta de estado físico, pero puede ocurrir también por la acumulación de líquido en el pulmón”, sostiene la Dra. Renedo. “También el aumento de peso repentino puede indicar que estamos reteniendo líquidos, y eso se puede ver en la hinchazón de los miembros inferiores sobre todo a nivel de los tobillos, denominada edema. A veces puede aparecer tos seca y persistente motivada por la retención de líquido en los pulmones y la necesidad de dormir sentado o con almohadas por la sensación de ahogo”. Estos síntomas que a veces pueden ser muy leves, cuando aparecen es importante estudiarlos y precisamente descartar que se asocien a la insuficiencia cardíaca.

Pandemia, temores y ansiedad: los peligros de las consultas tardías y la falta de adherencia a los tratamientos

El estrés, la ansiedad y la angustia que a muchas personas les ha provocado la pandemia, así como también el miedo a los contagios, hace muchas veces que los pacientes pospongan los controles médicos o suspendan los tratamientos.

“Por temor a la consulta en el contexto de la pandemia, para evitar concurrir a un hospital y exponerse al virus del Covid-19, muchas personas consultaron en forma tardía”,  sostiene Renedo. “Los pacientes llegaron con un cuadro mucho más avanzado de su descompensación por insuficiencia cardíaca por lo cual era mucho más difícil poder compensarlos y que revirtieran esa situación. Muchos pacientes han recurrido a la guardia después de varios días de tener dolor de pecho y por ende el pronóstico y la evolución de estos pacientes va a ser peor por ser tratados en forma tardía”.

“Con las restricciones que se han generado por la pandemia por COVID 19, hemos visto un incremento en el número de descompensaciones cardíacas en pacientes portadores de enfermedad preexistente, ya sea por crisis hipertensivas o hipertensión no controlada, fibrilación auricular y otras arritmias, isquemia miocárdica aguda, por incumplimiento de la dieta, de la medicación, o por la presencia de anemia o infecciones respiratorias”, afirma el médico cardiólogo Adolfo Jiménez (M.P. 52.432), director del Consultorios Cardios de San Miguel.

La prevención, siempre primero: ¿Desde cuándo conviene chequearse?

Como otras enfermedades crónicas y progresivas, lo más importante es la prevención, adquirirla en forma temprana y no cuando ya aparecen los síntomas. Abordarla desde diferentes aspectos como la educación de los pacientes, el control de los factores de riesgo, los cambios en el estilo de vida, una mejor alimentación, actividad física, la eliminación del consumo de sal, tabaco y alcohol. Esto nos va a ayudar a prevenir y reducir los factores de riesgo cardiovascular y mantener el corazón saludable.

“La insuficiencia cardíaca es la causa principal de internación en personas mayores de 65 años, y para prevenirla es importante que las personas se realicen chequeos clínicos periódicos, y que aquellas personas con factores de riesgo realicen un seguimiento para controlarlos”, advierte Renedo”.

Insuficiencia cardíaca y tratamientos

Los pacientes con factores de riesgo cardiovascular se encuentran en un primer estadio (Estadio A); la siguiente etapa es la “B” en la que están los pacientes con un daño estructural cardíaco pero que aún no han tenido síntomas de insuficiencia cardíaca. Pasando luego a un tercer estadio (Estadio C) donde ya hay un daño a nivel cardiológico con presencias de síntomas de insuficiencia cardíaca.

Para aquel grupo que tiene un deterioro en la función contráctil cardíaca hay un tratamiento establecido que consiste en cuatro drogas que han demostrado un franco beneficio en la reducción de la mortalidad y la morbilidad.

La cuarta etapa (Estadio D) es la etapa final de la insuficiencia cardíaca (IC avanzada) donde todas estas drogas y tratamientos que conocemos ya no son suficientes y tenemos que pensar en opciones terapéuticas más avanzadas como, por ejemplo, el trasplante cardíaco.

“Es importante destacar que sólo un 1-10% de los pacientes con IC evolucionará a este estadío final y que se encuentra en aumento la prevalencia de pacientes con IC y fracción de eyección (función contráctil) preservada”, destaca Renedo. “Este grupo de pacientes constituye una población muy heterogénea con un elevado número de comorbilidades para la cual no había hasta el momento un tratamiento con evidencia demostrada en la reducción de la morbi-mortalidad”.

Si bien en la actualidad los casos de personas con insuficiencia cardíaca están en franco aumento, un tratamiento adecuado, los cambios del estilo de vida y la adherencia a los controles médicos pueden ayudar a reducir la mortalidad, la morbilidad y mejorar la calidad de vida del paciente.

 

Mariana Scagnetti es productora periodística en Telefe Noticias 

Fuente: Telefe Santa Fe