Una espera que el coronavirus hizo más angustiante: el trasplante de un órgano que no llega

Una espera que el coronavirus hizo más angustiante: el trasplante de un órgano que no llega

Por la atención del virus y la cuarentena, se estima que estas intervenciones cayeron hasta un 60%. Dos historias de pacientes.

Mara tiene cuatro años y pasó por tres cirugías a corazón abierto. Está en lista de espera, “emergencia A nacional”, para un trasplante cardíaco. Pero su familia detecta que, durante la pandemia del coronavirus, bajó “un montón” la donación de órganos pediátricos.

El papá, Gerardo Hollmann, dice que en pediatría la mayoría de las ablaciones -extracciones de órganos- provienen de los accidentes traumáticos. Por ejemplo, fatalidades vinculadas al tránsito, caídas en la calle o en los parques, y hasta ahogamientos en piletas. Todo esto se redujo porque estamos en casa.

“Los accidentes traumáticos son el mayor recurso. Porque cuando un niño está en el hospital con asistencia médica, muchas veces los grandes órganos no sirven porque están sostenidos con medicamentos. Y para trasplante en pediatría el órgano tiene que estar cien por ciento sano”, explica Gerardo.

El hombre es de Paraná y debió trasladarse a Buenos Aires a la espera de un corazón para su hija. Opina que “el Incucai trabaja muy bien” y que “la parte médica e institucional no ha cambiado: se han podido realizar los trasplantes y las donaciones”. Sin embargo, nota que faltan órganos.

El periodista Diego Rojas, de 42 años, espera un hígado. “A partir de una enfermedad autoinmune que tengo, que se agravó, se planteó la cuestión del trasplante. En ese momento era muy urgente, pero no había donantes. Yo estaba en terapia intensiva y me indujeron el coma”, relata.

“Hay un sistema del Incucai bastante ajustado y eficiente, pero que no tiene la posibilidad de realizar estos trasplantes porque no hay donantes”, insiste Diego, quien considera que eso “tiene que ver mucho con el estado actual de la pandemia”. Y menciona varios factores.

“La atención de todos los sectores médicos está focalizada, comprensiblemente, hacia esta pandemia. Los médicos están sobrepasados por las tareas que les impone el tratamiento del covid en sus pacientes”, dice.

“También hay situaciones que, suena feo decirlas, pero son reales. En el momento de menor actividad de las rutas había una muy baja cantidad de accidentes de tránsito respecto al promedio general. Eso influyó en que hubiese menos donantes”, sigue Rojas.

“Por otro lado, los médicos ya han perdido un poco la costumbre de avisar al Incucai que hay donantes en su área. Hay una ley que está siendo poco aplicada, y dice que en cada hospital debería existir un inspector dedicado a esto”, cierra el periodista.

Su organismo mejoró y hasta puede trabajar -su último libro, La izquierda (Planeta), está en librerías- aunque eso tiene una contracara. “Estoy mucho más alejado de la donación”, se lamenta. Es que existe una numeración, según el estado del paciente, que determina prioridades. Y él no está entre los primeros.

Fuentes del Incucai explicaron a Clarín que en el contexto de la pandemia la cantidad de trasplantes bajó en todos los países del mundo. Y destacan que en Argentina la práctica “se pudo sostener”.

“Al principio, la escasa información acerca de las posibilidades de transmisión mediante el trasplante, junto a la posibilidad de agregar un nuevo factor de riesgo al receptor por la cirugía e inmunosupresión, generaron mucha prudencia”, señalan desde el Incucai.

“Esto obligó a elaborar protocolos que garanticen seguridad en la selección del donante, lo que complejiza la operatividad”, continúan. Sumaron pautas en la selección de potenciales donantes, para asegurar la no transmisión del covid-19. Y dispusieron medidas para superar las dificultades de logística operativa.

Como resultado, entre enero y agosto del 2020 se hicieron 812 trasplantes de órganos. La mayor diferencia surge al compararlo con 2019, cuando tuvimos un récord. Ese año, en el mismo período, hubo 1.283 intervenciones. Por lo tanto, se redujo un 36%.

Al cotejarlo con años anteriores al 2019, la diferencia es menor. Por ejemplo, entre enero y agosto del 2016 se hicieron 862 trasplantes y en ese período del 2014 se realizaron 867. Casi lo mismo que en el peculiar contexto actual.

El doctor Alejandro Bertolotti, jefe del departamento de trasplantes de la Fundación Favaloro, agrega un dato más: “En época específica de pandemia fue cuando más cayeron los trasplantes: un 60%”.

“En nuestra institución no tuvimos esa caída. Nosotros tuvimos apenas una diferencia de un 8% menos. Seguimos realizando trasplantes básicamente porque es una institución integral de trasplantes, que no tiene mucha internación por covid”, aclara Bertolotti.

Respecto a la disminución de la procuración, señala que la baja de los accidentes de tránsito y de los politraumatismos “sin duda es un factor más”. Y agrega otros, como la dedicación de las camas de terapia intensiva -que es de donde salen los donantes- a la preparación y atención de pacientes de la pandemia.

“Actualmente hay unas 7.130 personas en lista de espera. Y si miramos las inscripciones de enero a marzo del 2019 con igual período del 2020 hubo un incremento de un 18%. Probablemente se debe a que no se termina por depurar. Es decir, entran pacientes pero no se trasplantan al ritmo que lo hubieran hecho el año pasado”, cierra el cirujano.

En el Hospital Italiano, si bien nunca dejaron de realizar trasplantes, durante la pandemia hubo un descenso del 50% al comparar con el mismo periodo del 2019. “La causa de la disminución es multifactorial”, sostiene Luis Aponte Tinao, jefe de Banco de Tejidos Osteoarticulares y coordinador de la Unidad de Trasplantes.

“Hubo claramente un descenso de accidentes, pero también hubo más restricciones en la circulación para los pacientes del interior en lista de espera en el Hospital Italiano para trasladarse desde su lugar de origen hacia la Ciudad. En otros casos, algunas provincias pusieron restricciones a que los equipos de ablación ingresaran a sus respectivas provincias”, detalla.

Ante la consulta de qué órganos hay en falta, ambos expertos coinciden en que el descenso fue parejo. Todos los órganos cayeron en forma proporcional y, por consiguiente, la necesidad es igual para todos los tipos.

 

FUENTE: DIARIO CLARIN