“La Mujer y la función renal”

   Dr. Pablo Raffaele

Los varones siguen siendo mayoría (56.2%) entre los pacientes con insuficiencia renal terminal en diálisis crónica en Argentina, según el último registro publicado por la Sociedad Argentina de Nefrología y el INCUCAI, en especial en los grupos de mayor edad.

Los cuidados renales relacionados con la condición femenina deben incluir la situación especial del embarazo.

En el primer trimestre del embarazo la función renal de la madre aumenta significativamente coincidiendo con una vasodiltación general y aumento del flujo sanguíneo al riñón. Esto determina un mayor tamaño renal, con aumento de la excreción de proteínas en la orina hasta 300 mg/día sin que deba considerarse esto como enfermedad (el valor normal sin embarazo es hasta 150 mg/día).

La mujer aumenta su agua corporal total hasta 6 a 8 litros durante el embarazo, con una gradual retención de sodio, sin que aumente la presión arterial. Puede observarse, sin que signifique una patología, algunos edemas por el aumento del agua corporal y la retención de sal.

La función renal se mide con la creatinina en sangre, una molécula de deshecho de la actividad muscular que se elimina fundamentalmente por el riñón, y que aumenta cuando hay insuficiencia renal. La indemnidad del tejido renal necesita también de determinaciones en la orina, verificando con el sedimento urinario que el filtro del riñón esté sano y no permita el paso a la orina de proteínas o células en forma anormal.

Las enfermedades renales en la mujer embarazada pueden ser: 1)  Pre-existentes, diagnosticadas antes del embarazo. 2) Pre-existente no conocida por la madre y diagnosticada en el embarazo. 3) Aparición de enfermedad renal durante el embarazo.

Las mujeres con insuficiencia renal y embarazo tienen mayor posibilidad de desarrollar hipertensión arterial, preeclampsia, eclampsia y muerte Esto es incluso para el caso de insuficiencias renales leves. Por eso es importante controlar la función renal, recordando la adaptación fisiológica del aumento de la misma. Es fundamental insistir que una paciente embarazada sana debe tener un valor de creatinina menor a 0.8 mg/dl.

La preeclampsia es una complicación del embarazo caracterizada por un cuadro de hipertensión arterial y pérdida de proteínas en la orina que comienza después de 20 semanas de gestación. En algunas pacientes, la preeclampsia puede  causar daño hepático, renal, pulmonar y cerebral. La enfermedad renal es uno de los factores predisponentes de esta complicación.

La insuficiencia renal durante el embarazo también afecta al feto, pudiendo producir retraso del crecimiento intrauterino, bajo peso al nacer y muerte fetal.

La infección urinaria en el embarazo debe recibir una atención especial, ya que la dilatación renal fisiológica favorece las infecciones urinarias altas (renales) a partir de infecciones urinarias bajas (cistitis).